07 octubre 2008

Equilibrio frágil



Los Pilares de Afrodita
(Sicilia 2001)


Anita y Denis encontraron un valle repleto de hermosas ruinas, columnas, muros, … edificios semiderruidos de tonos dorados como los de las piedras de arena solidificada. El sol brillaba tras sus perfiles llenos de historia y de voces ahora apagadas por el paso del tiempo. Sus líneas majestuosas se recortaban en contraste con el azul cielo intenso de aquel cielo mediterráneo.

Hacia el fondo del pequeño valle dos columnas cautivaban la mirada de los caminantes, por su belleza y la solidez de unas líneas sencillas pero fuertes. Destacadas sobre el cielo azul cielo, se mantenían unidas por un pequeño dintel. Transmitían una vida de lucha por resistir contra el viento, la lluvia, el sol, los ataques vandálicos, las nuevas modas arquitectónicas, los movimientos sísmicos,…

Nada que ver con los OBELISCOS que los franceses robaron de Egipto, los PÚLPITOS de tantas iglesias de todo tipo de religiones, de los MENHIRES de la prehistoria,… Todos ellos ejemplos fálicos del poder y la preeminencia de uno sobre los otros. El obelisco es una construcción arrogante. (En 1884 se inauguró el Obelisco de Washington como la estructura más alta del mundo, y esta fue superada poco después por la Tour Eiffel). El egoísmo del loco paranoico y megalómano.


La imagen que contemplaban Anita y Denis, tenía la elegancia de quien no busca destacar. Las columnas son construcciones más sólidas y más bellas que un arrogante obelisco para la mirada del amor. Se transforman en pilares, en fundamentos. Pasan los años, siglos, milenios, y siguen en pie si guardan un buen equilibrio entre ellas y las construcciones que sustentan.

Si existen desigualdades entre los pilares, entonces el equilibrio es frágil. Si un pilar hace más fuerza que otro, sólo podrá hacerle tambalear y con ello, cualquier construcción que puedan crear juntos no consigue resistir el paso del tiempo que inevitablemente trae viento, lluvia, sol, ataques vandálicos, nuevas modas arquitectónicas, movimientos sísmicos,…


Anita y Denis encontraron un pequeño valle con dos columnas que cautivaban su mirada por la solidez de unas líneas sencillas pero fuertes, destacadas sobre el cielo azul cielo, la belleza que irradia la elegancia de quien no busca destacar porque tiene su propia fuerza interior.


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