05 enero 2011

Flores para los muertos


Belleza efímera (2009 06 jardín)


Bajo el árbol la tierra se resquebraja por momentos.

El sauce llora y, en el lago formado por sus lágrimas, la tierra -ya seca y muerta- se torna lodo, sucio, espeso, mugriento.
Y aprisiona las raíces retorcidas por el dolor de una criatura que un día vio el sol, brotó de verde frescura y tuvo la alegría de los niños, de la inocencia pura y del amor.

El corazón de Anita se resquebrajó un día en el que no pudo escribir, pero él -loco contestatario de la izquierda- todavía recuerda oscuros fragmentos de una negra historia, con un terrible ser, que nadie supo cuándo ni cómo empezó; o si siempre estuvo escondido, agazapado tras las sombras a la espera de otorgar el merecido castigo.

Días felices, noches en vilo, vivir la vida, una corta vida, que acaso acabó y se hunde  en el barro.

Sólo quedan FLORES DE MUERTOS. La obligación al recuerdo de los que un día estuvieron vivos.

Amores de alguien. Amores de mí. Pobre cosa inmunda, muerta. Sonámbula viviente, en un mundo triste, gris, desesperado.
Se vive cuando no hay espíritu ni para morir, en el "Lago del Desamparo", purgatorio de almas intranquilas, inclusa de niños perdidos. ¿Dónde estás MADRE de mi vida?

- En memoria de un amor muerto - (10 de septiembre de 1991)

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